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Channel: Ni me va, ni me viene » acción urbana
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Un mendigo. Cero likes

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De casa al trabajo y otra vez de regreso a casa, cojo todos los días el metro, donde todos los días veo, como mínimo, a una persona pidiendo limosna por los vagones. Con alguna de estas personas me he cruzado más de una vez y me he fijado que la frase con la que se presentan no suele variar apenas, aunque pasen los días. También me he dado cuenta de que mientras algunos tienen un éxito relativo, otros (supongo que porque provocan rechazo o incluso miedo) reciben pocas limosnas. La semana pasada entraron en los vagones una pareja, un hombre y una mujer de unos cincuenta años, que no llamaban en absoluto la atención por su aspecto, que podríamos imaginar más desastrado para alguien que no tiene recursos. La mujer se presentó diciendo que eran una familia que tenía dos hijos y que lo estaban pasando mal y a continuación el hombre tocó, bastante bien, unas canciones al acordeón. Muchos de los pasajeros les dieron monedas, que la mujer fue recogiendo en un vaso de plástico. Una reacción diferente es la que que provoca un hombre de unos treinta y tantos años, con el que he coincidido dos o tres veces, que después de contar que por errores personales pasó un tiempo en la cárcel, enumera las enfermedades que tiene, antes de pedir ayuda para comprar comida. Esta persona despierta muchas miradas de desconfianza y recibe muy pocas limosnas. Y tampoco tiene suerte una mujer que a mí me provoca bastante aflicción: se trata de una mujer negra, de unos treinta años, que camina de una manera singular, arrastrando los pies, y tiene la mirada siempre perdida. Habla con un poco de acento y su entonación es musical, tanto, que algunas frases, las que repite continuamente, se me quedan durante un buen rato en la cabeza, como esas musiquillas que, aunque no te gusten, no consigues dejar mentalmente de tararear. Quizá sea su expresión, completamente inanimada, la que provoque que nadie le de dinero a esta mujer.

Observando a estas personas, y viendo los resultados tan diferentes que unos u otros obtienen, pienso si sería lógico aconsejarles para que ganasen más dinero, modificando la manera que tienen de dirigirse al resto de las personas. Supongo que algunos se habrán fijado, como yo, y habrán visto qué frase o qué actitud tiene mejores resultados. Otros, como la mujer negra de la mirada perdida, no creo que lo hayan tenido en cuenta.

Spy, un artista urbano del que os he hablado ya en el blog, propuso a José María, un mendigo al que hasta ese día no conocía, una estrategia para obtener más limosnas, que fue algo tan sencillo como pedirle que colocase en el suelo, junto a él, un icono similar al de los likes de facebook, en el que se podía ver que Jose María tenía cero likes.

spy-cero-likesFotografía: Spy

Tras varias horas, vieron que el cartel era efectivo y que las limosnas habían aumentado, por lo que decidieron mantener el reclamo durante toda la tarde, que fue el tiempo en el que se desarrolló está acción. De una manera similar a la que os conté hace unos meses, en la que una Fuente de los Deseos ayudaba a recolectar monedas, un pequeño guiño humorístico resulta eficaz para despertar la atención, o la generosidad, de los viandantes.

Sin saber nada sobre la intención del artista, a mí se me plantean dos interpretaciones acerca de esta acción: que intente llamar la atención sobre la mendicidad en sí o, como os comentaba, que quiera indicar que una pequeña acción de marketing (que resulta algo irónica en este contexto) pueda servir para incrementar beneficios.

Lo vi en Rebel Art y la fotografía es de la página de facebook de Spy


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